El 17 de marzo es el Día Mundial del Sueño, una iniciativa internacional con el objetivo de educar a la población sobre el sueño.
Según la Sociedad Española del Sueño, dormir profundamente es uno de los tres pilares de la buena salud junto a una dieta equilibrada y el ejercicio regular, además se han identificado aproximadamente 100 trastornos del sueño, siendo la mayoría de ellos tratables por especialistas en medicina. Las personas con un estado REM profundo y sin interrupciones experimentan tasas de más bajas de hipertensión arterial, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas.
Además de los problemas clínicos, los malos hábitos a la hora de dormir pueden causar una mala calidad del sueño.
- Establece un horario regular. Mantener un horario regular, tanto a la hora de acostarnos como de levantarnos, nos ayudará a descansar mejor durante la noche. La rutina en el sueño es muy importante.
- Cuidado con las siestas. Si estás habituado a dormir la siesta, lo ideal es que dure 20 minutos y como máximo 45 minutos durante el día, si no por la noche estaremos más descansados y activos.
- Haz ejercicio regularmente. Ya sea practicar cualquier deporte, hacer yoga o simplemente pasear durante más de media hora diaria, nos ayudará a descansar mejor por la noche. Eso sí, no realizar ejercicio físico antes de acostarte ya que tu cuerpo está sobrecalentado y activo durante varias horas.
- Evita beber alcohol. El consumo de alcohol y tabaco no nos ayudará a descansar, ya que son estimulantes que nos mantendrán despiertos, además disminuyen el oxígeno que debe llegar a nuestro cuerpo y nos impedirán descansar adecuadamente.
- Evita la cafeína. El consumo de café, té o refrescos azucarados con cafeína nos provocan mayor dificultad para dormir y también aumenta la necesidad de ir al baño durante la noche.
- Evita comer antes de acostarte. No cenes comidas pesadas, picantes o azucaradas 4 horas antes de acostarnos, ya que nuestro organismo necesitará estar más activo para digerir dichos alimentos.
- Ropa cómoda. El uso de prendas cómodas con materiales transpirables que nos permitan movernos durante el sueño, nos ayudarán a descansar mejor durante toda la noche.
- Temperatura adecuada. La temperatura idónea para descansar está entre los 18 y 22 grados. El calor o el frío excesivo pueden provocar ‘microdespertares’. Además, es importante mantener una correcta ventilación del aire en el dormitorio, renovándolo a diario un mínimo de 10 minutos.
- Apaga los aparatos. La luz azul emitida por un teléfono móvil, una televisión o la pantalla de un ordenador pueden suprimir la melatonina (hormona que ayuda a dormir) y aumenta tu estado de alerta.
- Si no consigues dormir, levántate. Si tras 20 minutos en la cama no nos hemos dormido, es un indicador de que no estamos relajados. Levántate, ponte a leer un poco o prepara una bebida caliente como una infusión, y luego vuelve a la cama. Dar vueltas en la cama no acelerará el proceso de quedarnos dormidos.
Lo habitual es dormir entre 7 y 8 horas diarias, aunque no todas las personas necesitan las mismas horas de sueño. Nosotros mismos somos los que sabemos si es suficiente o no, al despertarnos descansados.
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¡Hasta el próximo artículo!